Los callos en los pies (o callosidades) son una patología conocida por la mayoría, y es que son muy frecuentes: aproximadamente 3 de cada 10 personas la sufren casi a diario. Sin embargo, en este artículo queremos profundizar en aspectos fundamentales sobre estos: causas, tipologías…
Callos en los pies: ¿Qué son? ¿Cuáles son los síntomas más habituales?
Los callos o callosidades (también llamados hiperqueratosis plantares) son la respuesta de nuestro cuerpo ante un exceso de fricción y/o presión en áreas concretas de nuestros pies.
De forma más técnica, podemos decir que los callos son el engrosamiento y endurecimiento de la zona más externa de la piel causado por la acumulación de células muertas.
Los síntomas más habituales son:
Piel gruesa o endurecida
Hay zonas concretas del pie que serán más duras.
Textura áspera al tacto
Notarás una textura diferente en la zona.
Sequedad
La hidratación del pie se verá afectada.
Dolor o molestia
Pueden provocar molestias al tocarlos, rozarlos o al caminar.
Tipos y clasificación de callos en los pies
Al ser las callosidades una lesión tan común, las personas tienden a llamar «callos» a cualquier aparición de piel más dura en los pies. Sin embargo, existen características concretas que las cataloga según su tipología.
Dentro de los callos o hiperqueratosis plantares nos encontramos dos tipos:
1. Durezas o hiperqueratosis difusa
Es una alteración extensa, superficial y sin bordes que la definan. Lo caracteriza un color amarillento debido al cúmulo de queratina en la zona.
A diferencia de los helomas (que crecen hacia dentro y son más profundos), las durezas se producen en las capas más superficiales de la piel y generalmente no provocan dolor o molestia.
2. Helomas o Hiperqueratosis localizada
A diferencia de las durezas, en este caso la alteración de la piel está concentrada en una zona más definida y con mayor profundidad. Puede aparecer en diferentes áreas del pie, y según la zona, puede ocasionar dolores y molestias, especialmente al caminar.
En muchas ocasiones, los helomas no son tan visibles ya que se encuentran cubiertos por durezas.
Además, dentro de esta segunda clasificación, existen varios tipos:
TIPOLOGÍA | CAUSAS | ZONA | CARACTERÍSTICAS |
Clavo plantar o Heloma plantar | Fricción y presión sobre la zona | Aparece en zonas concretas por toda la planta | Mayor dolor al roce y al caminar. Dolor punzante, como un «clavo». |
«Ojo de gallo/pollo» o Heloma Interdigital | Fricción y presión generado por el roce de los huesos | Entre los dedos los pies | Suele aparecer sobre todo entre el cuarto y quinto dedo. |
Heloma dorsal | Fricción con el calzado | Parte superior de los dedos | Son muy habituales en personas que sufren patologías: dedos en garra, martillo o mazo. |
Heloma de fondo de saco | Forma incorrecta de pisar, falta de hidratación, calzado y calcetines… | Parte blanda que une la zona de los dedos | Suele ser doloroso. Aparece entre el cuarto y el quinto dedo. |
Prevención: ¿Cómo puedo prevenir la aparición de los callos en mis pies?
Como dice el dicho popular: «más vale prevenir que curar». Con las callosidades puede aplicarse también esta norma siguiendo ciertos pasos y pautas que pueden ayudar a prevenir su aparición y evitar que se vuelvan a generar siempre en las mismas zonas. Algunos de ellos son:
Calzado
Usar calzado cómodo variado y de horma amplia. Intentar no abusar de los zapatos de tacón.
Higiene
Una correcta higiene y posterior secado nos protegerá de infecciones en pies y uñas.
Piedra Pómez
Usar esta herramienta para una correcta exfoliación ayudará a prevenir durezas.
Hidratación
Aplicar cremas específicas con un pequeño masaje todas las noches para evitar la aparición de lesiones.
Además de todos estos consejos, por supuesto, está el de visitar a tu podólogo de confianza para revisar que la salud de tus pies es óptima y ganar así en calidad de vida. Recuerda que puedes contactar con nosotros también por WhatsApp para coger tu cita en Tolosa o Donostia.